El incendio forestal declarado el jueves 2 de noviembre en el barranco de La Font de la localidad valenciana de Montitxelvo, y agravado por el fuerte viento, ha obligado a desalojar varios municipios y urbanizaciones de la comarca valenciana de la Vall d’Albaida.
Las llamas han arrasado cerca de 1.400 hectáreas desde que se detectó a primera hora de la tarde y han obligado a desalojar a casi un millar de personas de sus viviendas. El incendio ya ha traspasado la frontera de la provincia de Valencia y avanza hacia la de Alicante tras adentrarse en la comarca de la Safor.
En un primer momento se ha evacuado la localidad de Terrateig, a la que posteriormente se han sumado Castellonet de la Conquesta, las edificaciones en la zona de la Ermita de Ador y las siguientes urbanizaciones de Villalonga: Tarraso, La Corona y La Esclapisa. Además, se ha desalojado una residencia del la misma localidad.
Ya en la madrugada del viernes 3 de noviembre se ha desalojado la urbanización de La Llacuna y los Ayuntamientos de Vilallonga, Palma de Gandia y Ador han decidido suspender las clases en los centros escolares. Mientras, el Ayuntamiento de Gandia ha decido mantener cerrados todos los centros deportivos de la ciudad. Numerosos municipios como el Real de Gandia o Palma de Gandia han habilitado instalaciones para acoger a las personas desalojadas, si fuese necesario.
La consellera de Justicia e Interior, Elisa Núñez, se ha trasladado de forma inminente hasta el puesto de mando avanzado ubicado en la CV-60 entre Terrateig y Lloc Nou de Sant Jeroni para comprobar los trabajos de extinción del incendio forestal. Nuñez ha asegurado que «desde la consellería hemos movilizado todos los medios que teníamos a nuestro alcance: bomberos forestales, consorcios de bomberos de València y Alicante, protección civil, Guardia Civil y policía autonómica. Dada la intensidad del viento nos indican que pueden existir focos secundarios”. El viernes 3 de noviembre el presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, también ha acudido al puesto de mando para evaluar la gravedad de la situación.
La borrasca Ciarán ha dejado rachas de viento de hasta 108 kilómetros por hora en la Comunidad Valenciana, que han provocado numerosos daños y dificultan la extinción del incendio forestal.