Ante la creciente concienciación sobre la responsabilidad medioambiental, es más común la búsqueda de elementos cotidianos que nos permitan mejorar en ello. En nuestro hogar, hay múltiples formas de cuidar el medio ambiente. Carolina Martínez, responsable de Ventanas Aperlock, ejemplifica que el ahorro de CO2 de una de sus ventanas equivale a la retirada de cuatro vehículos turismos de la circulación.
Además, Carolina Martínez ha aprovechado la entrevista para hacer un llamamiento a las mujeres: «Más allá de la profesión de arquitecta o interiorista, hay pocas mujeres en obra. Creo que las mujeres pueden tener un hueco y un papel destacable en el sector más allá de esos oficios. Me siento muy sola y me gustaría ver a más mujeres en la construcción».
¿Cómo se denominan ecológicas unas ventanas?
Debe valorarse el impacto que tienen en el medioambiente en su conjunto: desde la extracción de las materia primas hasta la retirada de esa ventana de la vivienda del usuario. Así, tiene que haber un balance positivo entre el CO2 que se emite en el proceso total y el que se ahorra gracias a esas ventanas en su vida útil. Si hay una ventana eficiente, hay un ahorro energético, porque hay menos demanda de energía y un impacto medioambiental positivo.
En un estudio de economía circular de la Universidad de Barcelona, se determinaba que las ventanas de PVC eran las que menor impacto medioambiental tienen. Además, los perfiles belga con los que trabajamos, de la marca de Deceuninck, tienen un porcentaje muy alto de PVC reciclado y nuestras ventanas son 100 % reciclables. Incluso la ventana de madera tiene un peor computo en el balance de CO2 que se emite al fabricarlo y el que consigue ahorrar. Luego, en peor posición, quedaría la ventana de aluminio.
¿Cómo habéis evolucionado como empresa desde vuestro nacimiento?
Ventanas Aperlock nace como pionera en las ventanas de PVC en la Safor y en el país. Nuestro principal objetivo es ofrecer unas ventanas de un confort superior, estando a la vanguardia tecnológica en todo momento. Empezamos teniendo como cliente al alemán con viviendas en la zona, sobre todo, hacia Alicante. Para dirigirnos al público español, tuvimos que educar, mostrar didácticamente qué es una ventana y por qué es importante en el día a día. Ahora, son los jóvenes los que se preocupan y preguntas por ventanas eficientes. Gente de 30 y 40 años que se están comprando o reformando casas. Además, cada vez más, las exigencias son mayores en el sector.
La primera ventana que vendimos era de PVC y estaba muy por encima de las prestaciones que se ofrecían en aquel entonces. Aperlock nació queriendo dar ese extra siempre. Ahora, las grandes marcas que se dedican a diseñar los perfiles se pelean por conseguir el 0,01 de mejora. Hemos llegado a unos niveles de desarrollo tecnológico muy elevados.
¿En qué os diferencias de otras empresas?
La fabricación de ventanas con thermofibra, que es un híbrido entre el PVC y la fibra de vidrio continua, es lo que nos diferencia principalmente. Esto se debe a que la thermofibra es una marca registrada con una tecnología exclusiva, patentada por Deceunick.
Nuestro lema es: “Hacer buenas ventanas no es lo que hacemos, sino es lo que somos”. El objetivo es mejorar la calidad de vida de nuestros clientes mediante la fabricación de ventanas de altas prestaciones, entendiéndolas en cinco dimensiones: el confort técnico; el confort acústico; el bajo mantenimiento; la seguridad y el impacto medioambiental.
Una ventana es de larga duración, más de 30 años, debe darte un servicio en muchos aspectos de tu vida. Por lo que no se debe mirar haciendo una foto al precio, sino al conjunto de su impacto. Nosotros funcionamos con garantías por escrito, de momento no he visto a ninguna empresa que dé todas estas garantías: entrega en la fecha acordada; 10 años en la estanquidad cuando las colocamos nosotros y responsabilidad total en la obra. Esta última es muy difícil de igualar.
Y, además de estas prestaciones en vuestras ventanas, ¿cómo intentáis aportar mayor responsabilidad social corporativa?
Formamos parte de una iniciativa mundial en la que destinas parte de tus beneficios a plantar un pequeño bosque en nombre de la empresa. Tú apadrinas esa semilla y su evolución. Desde una plataforma web, puedes ver el día que la van a plantar, dónde está localizado el árbol, etc. Normalmente, son árboles frutales para destinarlos a familias locales de diversas partes del mundo para fomentar su agricultura y supervivencia. Nosotros tenemos varios en África. Empezamos en 2020 y vamos a seguir así. Espero que con los años tengamos un bosque muy grande.